La Granada, tambièn conocida con
el nombre de granado, esta planta originaria del Golfo Pérsico y algunas zonas
de Irán prefiere las regiones subtropicales y templadas de todo el mundo, y a
pesar de ser una planta de cultivo en todos los continentes también crece de
manera silvestre. Su nombre científico es Punica granatum, y algunos estudiosos
afirman que los primeros en cultivar dicha planta fueron los fenicios, de allí
su nombre “púnica”, mientras que la especie, granatum se deriva del latín
“granatus”, que significa grano. Tanto fenicios como romanos serían los
responsables de extender esta planta por todo el Mediterráneo. En Grecia era el
fruto consagrado a Afrodita, mientras que en oriente la granada era considerada
la fruta del amor.
Se trata de un arbusto pequeño,
no mayor a los 3 metros de altura, con corteza de color marrón claro y ramas
espinosas. Sus hojas alcanzan los 8 cm de longitud, son lanceoladas, enteras,
oblongas, de color verde brillante y crecen opuestas, mientras que las flores
se caracterizan por su esplendor, crecen de tres en tres o solitarias
dependiendo de la variedad de la planta, posee una corola con 5 a 7 pétalos de
color rojo escarlata. El fruto de esta planta, conocido como granada es una
baya de regular tamaño, de un tono rojizo o anaranjado y coronada en su ápex
por el cáliz coriáceo que alcanza los 10 cm de longitud.
Beneficios de la Granada
A nivel digestivo, la membrana
que recubre las semillas es utilizada para combatir los parásitos intestinales
como lo es el caso de la tenia y las amebas. Usualmente las dosis no sobrepasan
del gramo, no obstante, en caso de infestaciones intestinales es necesario
suministrar dosis más elevadas, pero estas pueden causar efectos secundarios.
Para combatir las amebas y otros
parásitos intestinales es necesaria la maceración de esta y otras plantas. Para
se debe rallar corteza de simarruba, caucasia y granada hasta completar 8
cucharadas soperas, luego dejarlas en maceración en un litro de vino. Se debe
servir la mezcla en una de las copas utilizadas para servir aguardiente y tomar
una luego del almuerzo y otra luego de la comida, esta operación se debe
realizar durante cuatro días.
Tanto la corteza como la membrana
que rodea los frutos son utilizadas a manera de decocción por vía externa en
caso de úlceras, aftas, flujo vaginal, encías sangrantes y úlceras de difícil
cicatrización, esto por sus cualidades astringentes. También es utilizado el
fruto en caso de diarreas y colitis.
Para combatir la diarrea es
recomendable tomar una granada y partirla en cruza, tres ramas verdolaga blanca
y tres de hierbabuena, hervirlas bien, dejar enfriar la mezcla y distribuir en
seis tazas para consumirlas durante el día.
Para combatir los pólipos, los
cuales son unas protuberancias o tumoraciones alrededor de las mucosas del
organismo es necesario tomar aplicar unas gotas de zumo de granada en las fosas
nasales. Este tratamiento también se puede complementar tomando regularmente el
jugo de la granada con miel de abejas.
A nivel ginecológico es habitual
el uso de la granada para tratar los trastornos del flujo vaginal, de los
cuales el más común es la menorragia. Un tratamiento adecuado para combatirla
es cocinar media cucharada sopera rallada de corteza de granada en un litro de
agua y repartirla para cuatro dosis al día.
Beneficios a nivel ginecológico,
digestivo, dermatológico, cardiovascular y respiratorio.
Contraindicaciones
La granada es ligeramente tóxica,
entre sus síntomas por exceso en las dosis pueden presentarse visión doble,
mareo, parálisis temporal y vómitos. No se recomienda bajo ninguna
circunstancia su uso en mujeres embarazadas, pacientes con enfermedades
crónicas o niños.
Fuente: http://www.misabueso.com/